Hoy 8 de marzo de 2017 entre las 12.00 y las 12.30 nos sumamos profesoras, profesores, personal de administración de servicios de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la ULPGC y estudiantes a una jornada histórica. Con un espíritu internacionalista y bajo los principios de sonoridad que unen a millones de mujeres y hombres de todo el mundo, 49 países se han adherido ya a la convocatoria surgida en Argentina y que pretende hacer de este 8 de marzo un día para visibilizar que estamos contra la violencia de género y el machismo.

Son ya más de 20 los feminicidios en todo el Estado español en poco más de 60 días a los que habría que sumar el número de mujeres heridas y los efectos producidos sobre sus hijos e hijas y familiares de las mujeres agredidas.

Pero también son miles las mujeres que padecen violencia institucional, al no garantizarse sus legítimos derechos, violencia sexual o violencia laboral, la cual normaliza que las mujeres tengamos dobles o incluso triples jornadas, entre el empleo remunerado y el doméstico o que, simplemente, el salario sea inferior en relación al que obtienen los hombres por el mismo trabajo en determinados sectores de la economía.

Los feminicidios son el exponente más evidente de las violencias que sufren las    mujeres por el hecho de serlo, una violencia sistémica y estructural que hay que modificar con nuevos valores para las mujeres y hombres de nuestra sociedad. En este sentido, la Universidad cumple un papel esencial para concienciar a hombres y mujeres en un proyecto de igualdad compartido.

Es necesario que la prevención no se quede en simples campañas institucionales o de sensibilización como las que estamos protagonizando hoy aquí, sino que se vaya más allá: que la prevención se inserte en el sistema educativo de manera generalizada; que los productos culturales eliminen de sus contenidos la cultura de la sumisión femenina, la perversión del amor romántico que perpetúa roles de posesión y celos; que las declaraciones machistas no resulten gratuitas y los representantes públicos misóginos no duren un día más en sus puestos o cargos, y un largo etcétera de medidas.

Se impone la adaptación del marco legislativo español a las nuevas exigencias del Convenio de Estambul, acometiendo un cambio normativo imprescindible, con amplio consenso social.

LES RUEGO POR TODO ELLO QUE GUARDEMOS UN MINUTO DE SILENCIO POR TODAS LAS MUJERES VÍCTIMAS DE  LA VIOLENCIA MACHISTA Y QUE RECORDEMOS TAMBIÉN A SARAY GONZÁLEZ, ESTUDIANTE  DE NUESTRA UNIVERSIDAD QUE NO PUDO TERMINAR SUS ESTUDIOS ASESINADA EN EL 2016.